Ulceras venosas o varicosas

Las úlceras venosas o varicosas en las piernas son heridas o lesiones que se localizan entre la rodilla y el tobillo y ocurren en la presencia de enfermedad en las venas o insuficiencia venosa. Se denominan crónicas cuando no cierran o permanecen abiertas por al menos 4 semanas.

 

Son las úlceras más frecuentes en las piernas, abarcando aproximadamente el 70% del total y en algunas ocasiones pueden estar combinadas con otro tipo de lesiones.

Son la etapa más avanzada de la enfermedad venosa crónica que inicia con las várices, continúa con el edema (hinchazón), posteriormente con cambios de coloración (ocre) en los tobillos y finalmente la úlcera en el mismo lugar.

 

¿POR QUÉ SE PRODUCEN?

Las úlceras venosas o varicosas aparecen debido a una falla en las válvulas de las venas de la pierna, lo que produce su reflujo, es decir, que la sangre se regrese de la parte superior del cuerpo hacia los pies (hacia abajo), siendo que la función normal de la venas es transportar la sangre de las piernas de regreso al corazón (hacia arriba). Esta alteración, llamada insuficiencia valvular venosa provocará el congestionamiento de las venas en las piernas, y cuando se hace crónico, provocará el daño en la piel de la parte inferior de la pierna con inflamación, endurecimiento, oscurecimiento, resequedad y finalmente la ruptura debido a la desoxigenación de los tejidos locales.

 

La evolución típica de estas úlceras es la tendencia a estar cerrando y abriéndose en forma cíclica y por muchos años hasta no resolver la causa original que las provocó, lo que afecta seriamente la calidad de vida de los pacientes.

Esta acumulacion y circulación lenta favorece que el líquido se filtre hacia los tejidos circundantes, provocando que se ulceren. Aparecen normalmente a ambos lados de la parte baja de las piernas, por encima del tobillo y por debajo de la pantorrilla. Las úlceras varicosas se curan con lentitud, y tienen tendencia a reaparecer si no se toman medidas preventivas.

 

El primer síntoma de una úlcera varicosa es el tono rojo oscuro o púrpura que adquiere la zona afectada. También puede inflamarse, resecarse y picar, y si no se trata a tiempo, es posible que se forme una herida abierta (úlcera) que en muchos casos es dolorosa. Las úlceras venosas a menudo supuran un líquido claro y están cubiertas de una película amarillenta. También es probable que notemos las piernas hinchadas y doloridas.

 

Si la úlcera llega a infectarse puede empezar a oler y a supurar pus. El área afecta estará más sensible y enrojecida.

Es necesario que acudamos a nuestro médico ante los primeros síntomas de que se está formando una úlcera varicosa, porque tal vez aún estemos a tiempo prevenir su aparición. Si la úlcera ya está formada, debemos ponernos en tratamiento de inmediato, ya que las úlceras nuevas y pequeñas se curan con más rapidez que las grandes.

 

Una mejoría en la circulación de la zona sirve para prevenir y ayuda a curar las úlceras varicosas.

 

Hay algunos factores de riesgo que favorecen la aparición de la insuficiencia venosa y las úlceras varicosas, como por ejemplo la trombosis venosa profunda, en la que se forma un trombo o coágulo de sangre en las venas profundas de las piernas, la obesidad, los embarazos y la herencia genética.

Incrementa también nuestro riesgo, los trabajos que requieren que pasemos muchas horas de pie y la edad.

 

A continuacion, veamos un testimonio de ulceras varicosas, superado con el consumo del Ganoderma Lucidum de Gano iTouch.

 

 

 

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